Yo de mayor quiero estar contigo, quiero que nos lancemos y no nos soltemos, quiero que nos volemos las corazas con deseo. ¿Cuántas veces tienes que volver para saber que no quieres volver a irte? Y yo no quiero que te vayas más, eres la cosa más bonita que tengo en mi vida y ni siquiera eres una cosa. Hay personas que nos duran toda la vida, y tú eres de esas, de esas de las que no hay ninguna igual.
sábado, 20 de junio de 2015
viernes, 5 de junio de 2015
No le escribas.
Realmente no quieres hablar con él del clima o de cómo está, o de si pasó sus exámenes.
No le escribas.
Porque lo único que quieres decirle es "te extraño" o "por favor quiéreme otra vez", pero solo le mandaras un "hola" y a esperar con el corazón en la garganta a que él responda.
No le escribas.
No quieres escribirle a cerca de como alguna canción se escucho en la radio y te hizo pensar inmediatamente en él.
No le escribas.
Porque todo lo que quieres que te responda es "te quiero", "te extraño" o "¿puedo regresar?".
No le escribas.
Porque esa jamás va a ser su respuesta.
viernes, 24 de abril de 2015
Si eres tú o el mundo, me quedo contigo.
No hay quien nos pare, quien nos separe cuando nos tenemos, cuando nos sostenemos ante todas las caídas cada vez que nos tropezamos, cuando nos tenemos dentro de la cabeza y no hay quien nos saque. No hay quien se meta en medio, porque si eres tú o el mundo, me quedo contigo. Te quiero, a expensas de que sea mentira, y que me condenes con olvido. Ojalá que seas todas las consecuencias y las secuelas que me produzca vivir, porque no hay quien te cuide como yo, y no hay quien me haga feliz como tú.
viernes, 17 de abril de 2015
Estoy muy que no puedo conmigo sin ti.
Estar contigo es como ir en un coche que sabes que se va a estrellar y disfrutar de la velocidad, es saltar sin cuerda al vacío y caer de pie. Y hoy estoy que no puedo ni conmigo, ni sin ti. Y me estrello las veces que me hagas falta y salto todas las veces que me voy a caer, porque siempre mereces más y querer es dar hasta lo que no puedes dar. Hay canciones que son tú, y te recuerdo en todas. Estoy muy que no puedo pasar la noche sin ti, y no estoy contigo.
domingo, 29 de marzo de 2015
Lo que te importa, te importa todo el rato.
Siempre hay 5 minutos al día en que me salvas la vida, en que me sacas las fuerzas de flaqueza para soportar las fieras garras de la rutina. Y solo me quedan ganas de decirte que no me digas que me cuide más, cuídame. Y hazme mejor para seguir siendo la misma, deja de rescatarme en potencia y házmelo en acto, porque ya sabes que al fin y al cabo, lo que importa, te importa todo el rato.
lunes, 9 de marzo de 2015
"No hay mejor amor que el que tú misma te puedes dar."
Puede que te sientas sola y que parezca que este laberinto no tenga salida. Puede que la cuesta arriba últimamente parezca haber aumentado unos cuantos grados, lo justo para empezar hacerte sudar y que ya no sea tan divertida la aventura. O puede ser que llegó el momento de cerrar ese capítulo eterno y que la tarea se haya convertido en mucho más que imposible.
Puede que el jugársela ya no esté saliendo tan rentable como hace unos años porque cada vez pagas un precio más caro por esa parte de ti que se llevan y no devuelven. Puede que la balanza esté desequilibrada y no hayan palabras para describir cómo te han tratado. O que quizá precisamente son demasiadas las palabras que lo pintan.
Y puede que ya no te queden fuerzas y quizá estés empezando a perder la ilusión. Esta vez de verdad.
Una vez me dijeron que, el momento en el que empiezas a creerte esas mentiras, es el momento en el que se te han olvidado unas verdades, y estas, por obvias que son, siempre acaban en el cajón del olvido. Son verdades que se deberían imprimir en tamaño gigante y pegar en el techo de tu cuarto, para que sean lo primero que veas al separar las pestañas y lo último que leas al volverlas a juntar.
Sí. Esas. Y aquí van.
Que también existen las palabras bonitas y déjame que te diga que hay muchas. Infinitas. Pregúntale a alguien, alguien que te conozca de verdad, y sólo podrán sacarte perfecciones. Ponte delante del espejo y te aseguro que conseguirás sacar más cualidades que otra cosa. Y si lo dudas, vuelve a mirar.
Que puedes con todo esto y más. Demuéstraselo. Ríeselo. Llóraselo. Da igual, con tal de que sonrías, porque lo he visto y resulta que te favorece. Deja de darle al botón de apagar de una vez por todas y empieza a iluminar, como tú sabes que puedes.
Que, aunque no estés acompañada como tú quieres, no significa que estés ni estarás sola. No regales tu corazón donde no lo quieren y, como dijo uno, recuerda que más vale arrepentirse ahora que dentro de veinte años. Las sorpresas siempre llegan en el formato más inesperado, sin avisar, como un huracán. Y que la compañía tiene que ser una cuestión de elección y no de imposición.
Que sin sudor y lágrimas nunca se consiguió nada, pero ya verás la sensación cuando llegues arriba y puedas gritarle hasta al mismísimo viento. Que sólo es imposible aquello que te propones como tal. Que jamás habrá barreras tan altas, ni misiones tan imposibles. Que está todo dentro de ti y en tu cabeza, esa que vale oro y por la cual algún día alguien mataría.
Olvídate de los “es práctico” y “resulta cómodo”. Deja de vestirte con adjetivos que nunca fueron para ti. Suéltate la coleta. Ponte tus tacones favoritos y esas gafas de sol tan bonitas, y sal a la calle a comerte al mundo a tu manera. Sal a buscar eso que sabes que está esperando ser encontrado. Que la primavera está a la vuelta de la esquina y ya vienen los cielos azules.
Y sobre todo, lo que nunca tienes que olvidar, es que te tienes que querer a ti misma. Y lo digo sabiendo que hay días en los que cuesta más la práctica que la teoría. Que tenemos la mala costumbre de asociar eso con egoísmo y egocentrismo, pero estamos equivocados. Quererse es valorarse por ser única, y eso no lo sabe hacer nadie mejor que tú. No lo dejes para mañana.
Que cuando creas que no vales nada recuerda que medio litro de tu sangre puede salvarles la vida a tres personas. Y que tu corazón bombea cinco litros cada minuto. Eso significa que por cada sesenta segundos que estás viva tienes la capacidad de revivir a otros diez seres humanos.
Que algunas veces, cuando menos te lo esperas, la vida va y se pone de tu parte.
Que hoy hay que celebrar que somos como somos y que siempre seamos nosotras.
Que ya verás que hay cosas que, aunque al principio parecían irremplazables, realmente nunca las necesitaste.
Y que no hay mejor amor que el propio, ese que sólo tú te sabes dar.
jueves, 26 de febrero de 2015
Tu sigues, y el mundo gira.
El otro día en el autobús, si ese sitio tan pintoresco donde lo mismo te encuentras a la pareja de abuelitos felices, o un chaval con gafas de culo de vaso, que el máximo amor que ha sentido ha sido por su Xbox, me encontré a dos muchachas que rozaban los quince hablando de lo mucho que habían cambiado. Son las típicas conversaciones que no te interesan, pero que te dan que pensar.
Y yo pues claro, pensé. ¿Qué sabrán ellas del cambio de las cosas?
Ahora yo si pensé en todo lo que había cambiado, pero ese todo, era un todo muy pequeño.
Sigo siendo la misma. Sí, esa que se pone cinco despertadores para poder llegar con el tiempo justo a clase. La que no lleva nada de orden, nunca. No intentes buscar algo en mi bolso porque probablemente no lo encuentres. La que hace la maleta a última hora, a mogollón y llena de “por si”. Me encantan los por si. Son los propósitos que aunque no creas, tu subconsciente quiere llegar allí. Quiere conseguirlo.
Me sigo lavando el pelo cada vez que me ducho, porque soy de las que piensa que o te acicalas entera o vas a medias.
Sigo llevando mi móvil en el bolsillo trasero del pantalón, si no lo llevo en la mano claro está. No soy capaz de ir en un coche sin música, y me pinto las uñas por no comermelas, pero me como el esmalte.
Sigo saliendo cada vez que puedo, mejor dicho, que quiero. Que no me voy a quedar un San Valentín llorando porque no me van a regalar cuatro tonterias, un ramo de flores, y una tarjetita en la que pone un “para siempre”. Pienso que los para siempre no existen. Por ahora las tarde de manta y peli, las voy a seguir pasando sola, o con amigas, que siempre son pocas.
Sigo siendo la cabezota de siempre. La que no va a parar hasta conseguir aquello que se propuso. Un día me propuse ganar la lotería; que no cunda el pánico, todavía tengo tiempo. No soporto el compromiso, pero no el sentimental, sino el de hacer las cosas por obligación. Si no quieres hacer algo, pues lo dices y punto. Y quien no lo quiera así, pues que se joda.
Sigo siendo la cobarde que no dice las cosas por no herir a los demás, pero que cuando el vaso se llena, acaban haciendo daño.
Luego observé lo igual que seguía siendo, y en todo lo que había cambiado a mi alrededor. Que yo soy la misma pero que el mundo gira.
Habían pasado miles de personas por mi lado, algunas para quedarse; y algunas que estaban, se habían ido.
Mi pregunta es si se fueron porque quisieron o porque yo las eché, y la verdad es que el motivo me da igual, sólo se que ya no están.
Sigue existiendo esa tía 10 en la que piensas cada vez que escuchas esa canción o ves esa peli. La que te llamaba sólo con ver que algo raro te pasaba. La que llegaba media hora tarde, o que ni siquiera se presentaba. La que te presentaba a sus amigas, e incluso te hacía de celestina.
Sigue estando la que se preocupa porque tengas cómo ir a los sitios o porque desde pequeña me enseñaron a no ser egoísta, aunque en ocasiones sea ser “gilipollas”.
Sigue habiendo una valiente dentro de ella, la que hizo que un día se liara la manta a la cabeza y te dijera todo lo que pensaba de ti. No esperaba ni una simple respuesta, sólo quería empezar a dormir tranquila, ya fuera contigo o sin ti. Yo no se si tú no respondiste “si” a aquella proposición tan indecente, si por vergüenza o por miedo, lo cierto es que no has dejado ni un momento de arrepentirte por ello.
Sigue vigente la teoría de que la tierra es redonda, y permiteme decir, que por muchos caminos opuestos que toméis, acabareis coincidiendo. Por mucho que os parezca el final, siempre habrá un comienzo.