Ya hace seis meses de aquel último día que estuvimos juntos, aquel día que me dejaste en casa y nos quedamos hablando hasta que vimos amanecer como tantas otras veces, aquel día que charlábamos y nos reíamos, aquel día que tan bien lo pasamos juntos.
Ya hace seis meses de ese último día. Hace seis meses que sin avisarme y de la noche a la mañana cambiaste tu actitud. Hace seis meses que empezaron tus silencios.
Tus silencios. Nadie se da cuenta, la vida sigue igual para todo el mundo, pero para mí no. Ha pasado el verano, salir y entrar, no pasar por casa, las discotecas y los festivales, las bodas, la vuelta al trabajo, el ajetreo de ponerse al día… Todo parece muy ruidoso, muy activo pero detrás de todo eso hay algo que yo no me puedo quitar de la cabeza, hay algo que me atormenta y pienso cada minuto, tus silencios.
Hace seis meses que mi vida está llena de silencios.
Silencios llenos de incomprensión, porque por mucho que me he comido la cabeza pensando el porqué no lo entiendo. ¿Por qué cambiaste radicalmente de actitud y desapareciste? ¿Por qué empezaste con estos silencios que me están matando? Y entonces pienso en Alejandro Sanz y me acuerdo de esa canción que dice “A la primera persona que me ayude a comprender pienso entregarle mi vida…” Porque a mi me encantaría comprender que pasa, me encantaría comprender tu actitud pero lo siento, no lo entiendo.
Silencios llenos de esperanza, esa amiga traicionera que dicen que es la última que se pierde. Esa, que me hace más llevaderos tus silencios, pero que no me deja aceptar la realidad de ellos y que aunque esté ahí sé que en algún momento me dará la espalda y se irá.
Silencios que a veces me llenan de fuerzas tan necesarias para comenzar otra vez, para levantarme y empezar un nuevo camino, pero que esas fuerzas tan rápido como vienen muchas veces se desvanecen.
Silencios llenos de reflexiones y aprendizaje que me has dejado, llenos de lecciones de vida que me ayudaran a seguir mejor mi camino y a tomar mis decisiones en el futuro.
Silencios llenos de fé que me ayudan a seguir.
Silencios que me hacen aceptar que ya no somos nada, silencios que me hacen ver que ya no tengo tu cariño y que cada uno va por su camino, que nuestros senderos ya no avanzan juntos. Los caminos se cruzaron y cada uno se dirige a su futuro habiéndose llevado parte del otro. Tú te llevaste mi alegría y mis ilusiones y a mí me dejaste tus silencios.
Silencios de tristeza pero también de alegría porque me he dado cuenta que aunque no te tengo a ti tengo amigas que estarán conmigo siempre, que hacen todo por mi y que nunca me dejaran silencios que rellenar.
Silencios llenos de ti, que me engañan y me hacen pensar que te necesito.
Y después de seis meses me encuentro contigo por la calle, y te cuesta saludarme… Hablas pero no dices nada, simple ruido que no rellena los silencios que has dejado. Después de seis meses, sólo has roto tus silencios con una conversación llena de nada, una conversación sin esencia, una conversación que podrían haber tenido dos desconocidos, una conversación llena de silencios.
Silencios que atormentan mi alma.
Silencios que se me antojan infinitos y que ven como pasa el tiempo mientras yo sólo pienso cuando se acabaran. Aunque ya sé, que no serás tú quien rompa estos silencios, que será alguien que venga a llenar de conversaciones y risas esos silencios que tú dejaste dentro de mí.
Silencios que me hacen pensar que lo que tenga que pasar pasará. Pero que pase rápido, por favor.
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