viernes, 1 de agosto de 2014

Días grises.

Después de dos meses sin él, llega un día en el que de repente te ves hundida de nuevo, sola, pensando que todo había pasado, que todo había terminado y lo habías superado, pero no, recaes de nuevo y te das cuenta de la falta que te hace, de que ya no tienes a esa persona y la echas de menos, que nada es lo que era y aunque creías que todo estaba mejor no es así, que la realidad no llega más allá de esa persona... Te das cuenta de que aunque no quieras te ha marcado y la sigues necesitando como se necesita respirar, y te ves atada a la soledad, que ahoga como una soga al cuello, ¿pero...? ¿De qué sirve estar mal y lamentarse otra vez? No sirve de nada, pero es algo inevitable, tu corazón nota que algo falta, algo que ya quedó atrás hace unos meses, un sentimiento que vuelve a llamar a la puerta con fuerza. Y es que cuando el amor es verdadero, se nota y es difícil de olvidar. 

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